A mi pesar, me acorde de ti; querida.

     Desconozco si es por el frío, Sábado noche, o el ver la luna menguante tras las nubes; pero me acorde de ti.

     Esto me lleva a un planteamiento el cual lleva varios meses rondando por mi cabeza.

     Y es, que a mi pesar, me acorde de ti.

002:01 ·Necesidad·

Los rayos de sol que atravesaban las persianas proyectaban su luz en el aire viciado de la estancia.
Un sonido corto pero estruendoso resonó entre las sabanas y paredes de la habitación.
De entre las sabanas se incorporo su fémina figura desnuda. Buscaba con avidez el dispositivo móvil que la despertó.
Con sus ojos enterrados en el
negro perfilador corrido visiono el mensaje de texto que había entrado desvelándola tan bruscamente.
Con una sonrisa en la boca y temor en los ojos leyó el mensaje con mucha atención, tomando nota mental de los 320 caracteres que tenia escrito. No podía permitirse olvidarse de nada de lo que ponía, cada palabra era concisa, directa y clara. Con un objetivo especifico.
Cerro la tapa del teléfono y lo tiro en la cama a la vez que se tiraba para atrás.
Aun disponía de 60 minutos antes de realizar las instrucciones del mensaje.

003:02 ·Gilbera· #4

    -Menuda jornada, ¿como lo haces? ¿eh?

Lil estaba realmente enojada; no es que la hubiese engañado, pero detestaba no conocer toda la información de cuanto la rodeaba; de hecho, ese era nuestro mayor nexo común, la captación, procesado y almacenamiento de la información.

002:02 ·Gilberta· #3

Fue realmente triste; muy triste, y ser testigo...fue aun peor
La felicidad, que rebosaba por sus poros y en su respiración, la vitalidad de todo cuanto lo rodeaba, la serenidad, que invadía cada instante vivido: todo eso termino, de golpe, traumaticamente, sin aviso previo al posar mi mano sobre su hombro.

001:02 ·Gilberta· #2

Detenido ante la puerta, se apreciaba en su porte que tiene vergüenza. No sabría definir si por el, hacia el, por nosotros o para las personal del local.

    -Si lo prefieres lo tomamos fuera, pero no habrá problemas. Me hago responsable, tienes mi palabra.
    -Nunca había estado aquí, no parece un bar.


Dijo mirando al interior; escudriñándolo, averiguando que tipo de local era ese, que personas habría dentro, a que se tendría que enfrentar. Mientras yo observaba si se decidía o no, el revisaba en su mente las posibilidades: "Me a dado su palabra, me trata de usted, tiene en cuenta que pueda cambiar de opinión, siempre puedo irme, no tengo nada que perder, no me queda ni vergüenza"